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Etapas del enamoramiento

 

Primer momento:
Inicialmente, el enamoramiento surge como una suerte de idealización de una persona que, por sus cualidades físicas y actitudes cotidianas, nos parece absolutamente perfecta. Esto no quiere decir, desde luego, que uno, desde su perspectiva racional, sea capaz de reconocer posibles errores de la persona en cuestión, pero lo que ocurre, en verdad, es que el enamoramiento supera el plano meramente racional para implicar, antes que nada, el plano emocional. Así, por más que se sepa que la persona de quien nos enamoramos suele tener tal o cual defecto, lo cierto es que nuestro corazón permanece ajeno a esos conceptos de valoración abstracta, de suerte tal que se sigue idealizando a la persona como perfecta.

etapas del enamoramiento en una parejaEn vistas de esto, podemos considerar que el enamoramiento tiene, así mismo, ciertas manifestaciones que permiten reconocerlo de manera clara. Así, primero, una suerte de ansiedad corporal que se experimenta cuando la persona de quien nos hemos enamorado aparece ante nosotros. También, el nerviosismo y las inhibiciones del habla, que llegan hasta el tartamudeo, cuando dicha persona se dirigirse a nosotros. Pero sobre todo, el enamoramiento conlleva un poderoso incremento de la actividad imaginativa; de esta manera, quien se enamora suele "verse a sí misma" en relación con aquella persona a quien desea, y está muy bien que así sea, porque sin ello, no tendría posibilidad de planear una estrategia de seducción para ir a la conquista de una relación amorosa.

Segundo momento:

La segunda etapa del enamoramiento se inicia, no cuando se ha concretado una primera cita (como muchos creen), sino después del primer beso romántico. Esta es la puerta de entrada a una relación íntima en la que ya no se trata de imaginar, siendo que, partiendo del mencionado beso, se ingresa en un vínculo real en el que habrán de ponerse en juego las posibilidades de llegar a formalizar un noviazgo. Así, esta segunda etapa se caracteriza por un contrastar lo imaginado con lo real, corroborando, o no, si la persona de quien nos enamoramos se adecua a nuestros deseos. De esta forma, el momento aquí referido tiene, o bien la posibilidad de ser "el momento más feliz de la vida" (si se confirma que nuestras ideas al respecto de la persona eran acertadas), o bien un momento de profundo sufrimiento y decepción (cuando vemos que lo que sentíamos al respecto de esa persona no se condice con quien dicha persona es en realidad).

Las características propias de esta etapa son la búsqueda permanente de espacios íntimos entre las personas enamoradas. Así, dichos sujetos suelen apartarse de sus actividades comunes para tratar de estar juntas la mayor cantidad de horas posibles. Es un momento de fuerte atracción corporal, en la que se trata de explorar el físico y, junto con ello, las emociones de cada uno, viendo, a partir de ello, si será o no posible llevar el vínculo a un nuevo nivel de formalidad, es decir: el noviazgo.

 
 
 

Tercer momento:

En la medida que se haya podido dar continuidad a la relación amorosa, atravesando todas las vicisitudes del segundo momento -arriba referido-, que no son para nada pocas, se llega a ese momento del enamoramiento que comúnmente se conoce como "noviazgo". Así, la relación romántica pasa a formalizarse ante terceros (amigos, familiares, colegas de trabajo), quienes de seguro expresarán una opinión al respecto del vínculo establecido. En este sentido, se trata de una etapa de apertura hacia el mundo, en la que los novios –si bien mantienen su intención de encontrarse íntimamente todo cuanto les sea posible- deben reconocer que ya no están disponibles para otras posibles propuestas románticas.

etapas del enamoramiento total y completoDe esta forma. Este momento en el que las partes deben reconocer que, al haberse comprometido formalmente entre ellas, quedan descartados todos los otros posibles vínculos románticos que se pudieran presentar, constituye el fin de ese gran estado emocional humano que llamamos "enamoramiento". Así, cada una de las personas que integran la relación amorosa va entendiendo que, al elegirse mutuamente, están renunciando, indefectiblemente, a elegir a otras personas.

Cabe señalar, en este sentido, que el fin del enamoramiento es la etapa más difícil del mismo, y esto es así por el simple hecho de que el compromiso tiende a asustar a las personas. Es éste, entonces, un espacio en el que, por lo general, se dirimen muchas de las diferencias entre las partes, profundizando, con ello, en un vínculo que de continuar pasará a proyectarse como la base de una familia. A la par, cabe señalar que en la medida que la relación logre superar éste "fin del enamoramiento", se plantearán las problemáticas propias de un deseo de pasar a convivir juntos el hombre y la mujer; un convivir que, de concretarse, asentará el medio adecuado para pensar en un posible casamiento.

Pero hablar de un fin del enamoramiento no quiere decir que se trate de un "fin de la amor"; ¡nada más alejado de la realidad, lector! Incluso por el contrario, verás que en la medida que una pareja se va comprometiendo más profundamente entre sí, asumiendo las responsabilidades que un proyecto romántico conlleva y -esto es lo más difícil- entendiendo que "elegir algo conlleva, siempre, no elegir otro algo", el genuino amor entre el hombre y la mujer comienza a aparecer, de a poco, en los corazones.

…porque el enamoramiento es como una imagen del amor, pero el amor… no es una imagen.