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No queremos, dentro del texto que sigue, limitarnos a escribir una lista de lugares para la primera cita y señalar los pros y contras de cada uno, siendo que tú, querido lector, no tengas más que elegir uno de ellos según pretensiones, dinero, posibilidades reales y cercanías.
Incluso por el contrario -y fieles, siempre, a nuestra manera de encarar las cosas-, queremos abordar con éstas líneas una suerte de profundización al respecto de la importancia que la elección del lugar tiene en el contexto de la primera salida, señalando, a la par, las ventajas y desventajas que los mismos puede tener para los distintos tipo de estrategia de seducción.
Y así, entrando ya de lleno en nuestro tema, consideremos el lugar que, para las primeras citas, ha ocupado un lugar históricamente privilegiado, es decir: el cine. Preguntemos, entonces: ¿Es el cine un buen lugar para tener una primera cita? O, mucho mejor: ¿Qué tipo de primera cita se propicia acudiendo a un lugar confinado como el cine? Y la respuesta es: depende... Pero, entonces, ¿de qué depende? Pues bien: Depende de tus intenciones en el contexto de la primera salida. Así, si lo que quieres es propiciar un encuentro íntimo, en el que poder conversar y conocer mejor al otro, no es para nada recomendable salir al cine, o bien, acude a ver una película, sí, para aflojar tensiones y romper el hielo, siempre y cuando, al cabo de la función, ¡tengas programado ir a cenar!
¿Y qué hay de la famosa propuesta de "salir a cenar"? ¿Es mejor que la de salir al cine? Y aquí la respuesta es más bien rotunda: Sí, es mejor ir a cenar que al cine. Porque en el cine habla la película mientras que, en el contexto de una cena, los que hablan son el hombre y la mujer. Por otro lado, cabe señalar que existen comidas especialmente pensadas para fomentar distintos tipos de sensaciones y emociones. Por ejemplo, lo picante -es sabido y probado- estimula la capacidad de sentir atracción física por el otro, encendiendo el fuego del deseo a nivel corporal. Y por el contrario, no es recomendable, en la circunstancia de un primer encuentro, darse a las comilonas que llevan, ulteriormente, a sentirse demasiado pesado.
Vale también considerar el caso de la cita "a tomar algo". ¿Qué hay de ella? ¿Es mejor que las otras dos? Y la respuesta es: sí, de todas los lugares para una primera cita que hasta aquí hemos considerado, la propuesta de ir a un bar es la más acertada; acertada en el sentido de íntima. Lo que sí: habrá que ser muy cuidadoso de que el alcohol –en el caso de que se consuma- no termine por subirse a la cabeza y arruinando el encuentro romántico. Porque a primera vista los tragos, la cerveza y, en fin: las distintas bebidas espirituosas pueden parecer un gran aliado para la conquista. Y en cierta medida lo son, siempre y cuando el hombre y la mujer no terminen borrachos, ya que la borrachera, si bien puede ayudar a acelerar el encuentro carnal, tiende a hacer que, al día siguiente, con la resaca, las partes involucradas en la cita no tengan un muy buen recuerdo de la misma. Además -y esto es fundamental-, el alcohol en exceso es una forma de ocultar las verdaderas intenciones hacia el otro, dejándose un espacio para la excusa de decir: "Lo que hice lo hice por influencia del alcohol". |
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Otras salidas
¿Y qué ocurre en el caso de las saldas a bailar? ¿Son aconsejables para una primera salida? Pues bien, en líneas generales la respuesta es: no, no lo son. El fundamento de esta negativa tiene que ver con la importancia de lograr generar un clima de intimidad que, obviamente, no se genera en el contexto multitudinario de un boliche. Además, se debe tener en cuenta que la música, que en los espacios de baile suena a volúmenes ensordecedores, no favorece la comunicación. ¿Y qué tipo de cita romántica será aquella en la que no se puede siquiera hablar? Por eso, lector, reserva las salidas a bailar para más adelante, cuando tú y tu pareja ya hayan tenido la oportunidad de intercambiar ideas y el clima de intimidad entre ambos esté mejor consolidado.
Por último, y a modo de conclusión, no deben tomarse los señalamientos arriba referidos como si fueran leyes inmutables. Se trata, todo lo contrario, de simples puntualizaciones que, si bien consideramos importantes, pueden tener variables de caso en caso. Así mismo, recuerda, lector, que la elección del lugar para tener una primera cita debe hacerse partiendo -siempre- de tus intenciones específicas y de tu estrategia de seducción. Porque si quieres ir despacio, por ejemplo, seguro te será mejor salir al cine que a un bar. A la par, de más está decir que las salidas arriba propuestas pueden -y hasta deben- ser combinadas. Así, se puede ir a cenar y, en la medida que el deseo lo disponga, ir luego a tomar algo a un bar, incrementando gradualmente, de esa forma, la intimidad del encuentro. Por eso, tómalo como un juego; el juego del inicio de una relación amorosa; el juego, en fin, en el que dos personas se encuentran para compartir un buen momento. Y en este juego, si gana uno gana también, necesariamente, el otro. |
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