El así llamado "elemento sorpresa", tan favorable para propiciar encuentros íntimos al interior de las relaciones amorosas, no tiene por qué limitarse estrictamente a los regalos materiales. En este sentido, el texto que a continuación te presentamos, lector, tiene por idea fundamental manifestar algunas ideas clave que te permitan, en la medida de tus deseos, sorprender a la mujer partiendo de la propuesta de una salida. Por lo demás, y respetando siempre nuestra forma de encarar los temas, no nos extenderemos en la presentación de una lista de sugerencias, cosa de que tú puedas elegir alguna. De manera muy distinta, te acercaremos las consideraciones fundamentales para que seas tú mismo quien, luego, dejando volar la imaginación, puedas organizar una cita romántica sorpresiva y sorprendente.
Y en este sentido, ya que hemos usado la frase "sorpresiva y sorprendente", cabe señalar, primero, la distinción ente estas dos variables del ya mencionado "elemento sorpresa". Así, por el lado de la "sorpresivo", nos referimos a una invitación que la persona agasajada no espera recibir. De esta manera, como queda claro, el elemento fundamental de lo sorpresivo es el tiempo. Por ejemplo: una mujer sabe que su esposo trabaja por la mañanas y, sin embargo, una mañana cualquiera, dicho esposo no concurre a trabajar; en cambio de eso, se queda en casa e invita a su mujer a desayunar a un lindo hotel donde, después, tiene reservada una habitación para todo el día.
Luego, por el lado de lo sorprendente, en cambio de ser el tiempo la variable clave, como ocurría en el ejemplo de arriba, el elemento sorpresa pasa a descansar sobre la propuesta en sí. Un ejemplo de ello sería, digamos, una pareja que se está yendo de vacaciones. Ella -según él le dijo- cree que están yendo, como todos los años, a la playa que queda cerca de la ciudad, pero, sin embargo, él tiene todo planeado y en medio del aeropuerto le dice: "No vamos a la playa; nos vamos a… Europa". Aquí, como se ve, la sorpresa es la propuesta en sí; el cambio de propósitos y de fines.
Además de lo ya referido, es sumamente importante destacar que las salidas románticas con el fin de sorprender a una mujer no deben reservarse para las fechas conmemorativas, como ser cumpleaños o aniversarios. La importancia de esto descansa en el hecho de que, para que una sorpresa cumpla con su propósito, no debe de haber nada que permita anticiparla, cosa que, como es evidente, bien puede ocurrir en fechas importantes como las referidas.
Algunos consejos
Así mismo, y ya que se trata de sorprender a la mujer, cabe la posibilidad de invitarla a algún sitio al que tú mismo te has negado a ir en el pasado. De esta forma, si bien tú te sacrificas -quien sabe- un poco, yendo a un lugar que quizás no sea de tu completa preferencia, lo cierto es que la sorpresa será de las mejores, ya que, por un lado, ella podrá ir a donde siempre ha querido, a la par de que ¡tu mismo la sorprenderás!, demostrándole que eres capaz de cambiar en favor de su felicidad que, por supuesto, debe de ser también la tuya. Esto no quiere significar, pos supuesto, que tú tengas que sufrir. Incluso por el contrario; recuerda, siempre, que se trata de propiciar un buen momento al interior de la pareja, de modo que, si bien tú mismo cederás un poco de tus preferencias -llevando a la mujer adonde ella quiere que la lleves- lo cierto es que te verás beneficiado por un buen momento amoroso. Por lo demás, si de tu parte no es posible interpretar lo que decimos de esta manera, olvida esta forma de sorpresa (no se trata de que te exijas, de ninguna manera).
Por lo demás, sea como fuere, recuerda que -en relación con lo anterior-, si bien la salida sorpresa está pensada para agasajar a la mujer, lo cierto es que se trata, antes que nada, de poder profundizar el vínculo de amor entre ustedes. Y esto que decimos vale, desde luego, tanto para las primeras citas de una pareja que recién está empezando a conocerse, como para un matrimonio que ya lleva varios años de casados. Así, el aspecto original de la salida, deberá quedar determinado por el hecho de que se trate de un lugar donde ambos puedan conocer algún aspecto de los sentimientos del otro que, en la vida cotidiana y en los espacios comunes de cada día, pueden quedar ocultos. Entonces, por ejemplo, una persona que no es de hablar mucho puede, si la atmósfera de un lugar determinado le parece favorable, llegar a expresar emociones que mantenía escondidas por desconfianza. Piensa entonces, lector, qué lugar crees tú será apropiado para que la mujer que amas se suelte por completo. Esa libertad, estimulada por la salida y, también, por la sorpresa, será la que justifique todo tu plan. Se trata así, de salir para liberar; para conocer y conocerse; para pasarla bien… juntos.