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Quizás conozcas ya, lector, la forma que tenemos de abordar estos artículos. No se trata -según nosotros lo entendemos- de "tirar ideas", a ver cuál de todas prende, sino de presentarte un texto coherente, que intente señalar la esencia de cada tema. Así, abordamos ahora este nuevo tópico: Salidas románticas. Lo fundamental será, entonces, caracterizar cuáles son los distintos tipos de salidas posibles y, a la par, puntualizar el tipo de encuentro que las mismas favorecen. Es decir: Qué tiene de bueno cada tipo de lugar al que se puede salir, y qué de malo, todo visto -como siempre- desde la perspectiva del deseo; porque no todos buscamos lo mismo con una salida romántica, ya que no todos somos iguales en nuestros tiempos y formas de vincularnos, y lo que le viene bien a un hombre puede no ser de gran utilidad para una mujer, siendo que, incluso entre hombres y mujeres, hay grandes diferencias.
Consideremos, entonces, un primer escenario posible, y preguntemos: ¿A dónde salir en una primera cita romántica? Pensemos, además, que esta pregunta se la hace una mujer; una mujer que quiere invitar a salir a un hombre con quien pretende -si todo va bien- profundizar en un vínculo de intimidad. Consideremos, por último, que esta mujer no tiene hacia el hombre solo intenciones carnales sino, de manera distinta, un enamoramiento vivo, lleno de esperanza… de amor latente:
Pues bien, la respuesta a la pregunta de arriba es la siguiente: Cuando una mujer invita a salir a un hombre que realmente le interesa, lo más recomendable es que le proponga ir a algún evento cultural. Puede ser, por ejemplo, al cine, o una exposición de arte, puede ser también a un concierto, o a un museo. Sea como fuere, la invitación a espacios en los que se desarrollan actividades culturales es siempre muy propicia como primera cita. A la par, también se puede considerar la alternativa de invitar al hombre a, simplemente, caminar por el parque. Esta segunda posibilidad nada tiene que envidiarle a las mencionadas arriba, pero sí cabe mencionar que "caminar por el parque" a solas generará mayores posibilidades de un encuentro corporal íntimo -como ser un beso- que "caminar por un museo", rodeados de gente. De este modo, dependiendo de tu estrategia de seducción, uno u otro tipo de salida podrá resultarte más conveniente.
Pero pensemos ahora en el caso de un hombre: ¿A dónde invitar a una mujer por quien se siente un genuino interés romántico? Para empezar, olvidemos la respuesta: al cine. Porque el cine podía estar muy bien hace veinte años, pero hoy en día -y como hemos dicho arriba- este tipo de salida se corresponde mejor con una invitación femenina. De esta forma, la mejor invitación que puede hacer un hombre es: a cenar, o "a tomar algo". Y -mucha atención con esto- no porque a las mujeres les guste ir a cenar en la primera cita, sino porque la comida funciona como excusa para hablar. Es decir: en la medida que haya un plato de comida en frente, a los comensales de la primera cita se les "suelta la lengua" y, de ahí en más, empieza el juego. |
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Distintos lugares
Por lo que a la invitación de "ir a tomar algo" respecta -invitación también muy masculina- cabe señalar lo que arriba decíamos de "ir a caminar por el parque". Es muy probable que la privacidad de un bar sea más propicia para fomentar un encuentro íntimo que la de un restaurante. Por lo demás -y esto es clave-, cuando se va "a tomar algo" el mozo interrumpe la conversación muchas menos veces que cuando se va "a cenar", lo que ayuda a sostener la atmósfera de conexión comunicativa.
Por lo demás, y entrando en la consideración de salidas románticas que no estén vinculadas a una primera cita, lo cierto es que no hay mucho que decir. Cada pareja tendrá que ir encontrando las alternativas que le perezcan más gustosas y -eso sí- darse a la maravillosa experiencia de profundizar en su calidad. Por eso, si una mujer sabe que –por ejemplo- a su marido le gusta la comida mexicana, hará bien en llevarlo a nuevos y diferentes lugares de comida mexicana, y viceversa: el hombre favoreciendo el reconocimiento de nuevos lugares, acordes a los gustos de la mujer.
Y así, solo queda decir, a modo de conclusión, que las salidas románticas deben de pensarse en el contexto de un deseo claro y de una estrategia de seducción bien definida. En este sentido, es importante entender que, por lo que a salidas románticas refiere, no conviene dejarse llevar por la improvisación. Así, antes de invitar a salir a alguien, ya sea ese "alguien" tu amigo o tu esposo, tu novia o tu mujer, tómate uno momento para pensar el lugar, mesurando las distintas ventajas y desventajas que el mismo podría conllevar. No nos referimos con esto, obviamente, a que te siente a tratar de abarcar todas las posibilidades de lo que "podría pasar". Incluso por el contrario: imagina… imagina. |
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