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Tratamiento de la timidez amorosa

 

Con este artículo es nuestra intención dar continuidad, y profundizar, lo ya iniciado en el texto previo "Vencer la timidez". De esta forma, mientras que antes expusimos un posible procedimiento conductual que permitiera a la persona tímida sobreponerse a la parálisis que esta emoción aflictiva conlleva (el ejercicio de sentarse y prestar atención a la propia respiración) ahora queremos señalar aquellas características de, en un tratamiento psicológico, se ponen de manifestó en relación a la personalidad constitutiva de la persona tímida. De esta manera, y lejos de posibilitar con lo aquí escrito el reemplazo de una terapia, consideramos que las líneas que siguen pueden llegar a ser de utilidad en el transcurso de la misma.

la timidez amorosa y su tratamiento adecuadoAsí, retomando el punto donde lo dejamos en nuestro artículo anterior, cabe mencionar que una persona que no logre superar la parálisis provocada por la timidez a través de sus propios medios -o con ejercicios similares al que nosotros hemos expuesto- no tendrá más alternativa que acudir a la ayuda de un profesional. En este sentido, dicha "ayuda profesional" deberá estar conducida por un psicólogo, si bien no es necesario delimitar el tratamiento al campo de lo estrictamente psíquico.

Incluso por el contrario, la experiencia demuestra que las formas más eficaces de tratar la timidez se dan en el complemento de una terapia psicológica junto con otras, de tipo específicamente emocional. Ejemplo de estas últimas son -entre otros muchos- la aroma-terapia, la homeopatía (incluyendo los flores de Bach), o la musicoterapia. Se trata, en todos estos casos, de formas terapéuticas que permiten la liberación de emociones ocultas al interior del sentir del paciente. Es decir: emociones que la persona alberga muy en la profundo de su estructura anímica y con las que no logra conectar directamente, mintiéndolas ocultas de su propio reconocimiento personal (si bien, como queda en claro, la padece constantemente).

Pero enfatizamos que, además de las referidas terapias destinadas al "despertar emocional", el proceso curativo general debe de estar guiado, sin excepción, por un profesional de la psicología. ¿Y por qué decimos esto? Pues bien, es bastante sencillo de entender: porque, ¿qué hará la persona cuando las terapias comiencen a despertar las emociones angustiantes que se encuentran, escondidas, en su interior? Y lo cierto es que si la persona en cuestión no cuenta con la ayuda de un buen profesional de la psicología, es muy probable que el "destape" de las mencionadas aflicciones no haga más que aumentar su angustia, llevándolo a un potencial cuadro de depresión profunda.

Y lo que hemos referido de la diversidad de las terapias propias del "destape" emocional (aroma-terapia, homeopatía y musicoterapia) lo decimos también del aspecto psicológico, ya que existen, así mismo, una gran variedad de tratamientos de este tipo. En este sentido, cabe señalar la preeminencia de dos clases fundamentales, a saber: las terapias propias de la psicología cognitivo-conductual y, también, las terapias propias del psicoanálisis.

 
 
 

Tipos de terapias

Si bien las terapias del tipo cognitivo-conductual tienden a ser mucho más veloces en sus procedimientos, lo cierto es que sus logros no se comparan con los que se alcanzan a obtener con un psicoanálisis, mucho más lento -pero firme- en su propuesta. Porque mientras el primer tipo de tratamiento trabaja estrictamente sobre la superficie del problema (posibilitando cambios a nivel exclusivamente periférico), el segundo se zambulle de lleno buscando el fondo del malestar, lo que le permite alcanzar "frutos" muchos más jugosos e, incluso, imperecederos (lo que se gana en un psicoanálisis, si bien conlleva un fuerte trabajo, después no se pierde nunca, jamás).

timidez amorosa y un tratamiento psicologicoAsí mismo, cabe decir que muchas personas dicen que "sin tímidas porque se sienten a disgusto con su cuerpo". Es decir: se sienten feas. ¡Pero ojo, que con esto hay que tener muchísimo cuidado! ¡De ninguna manera -bajo ningún punto de vista- se debe empezar un tratamiento para superar la timidez a partir de dietas, regímenes alimenticios o, incluso, actividades físicas como ser, por ejemplo, el gimnasio! Esto está muy bien para otras cosas pero, por lo que a la timidez refiere -y que quede bien claro- ¡no ayudará en absolutamente nada! Porque es falso decir que uno siente una aflicción emocional a partir de cuestiones exteriores, aunque sean éstas del tipo físico. Las aflicciones emocionales tienen su raíz en el "interior" del sujeto y es obvio que buscar "afuera" algo que está adentro no conducirá a buen puerto (más bien todo lo contrario).

Por eso, si la timidez amorosa te ha paralizado por completo, siendo que sientes completamente incapaz de acercarte a seducir, a conquistar el corazón del chico, o la chica de tus deseos, no te dejes estar y busca la ayuda de un profesional de la psicología. No pretendas avanzar solo en un camino que te es demasiado difícil. No hay nada de malo en pedir ayuda. Incluso por el contrario, reconocer la necesidad de dejarse ayudar es una cualidad verdaderamente valiosa, que implica mucha madurez afectiva en la persona que la practica.