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Aprenda a expresarse

 

Las líneas que siguen tienen por intención capital aportar algunos elementos complementarios a lo ya descrito en nuestro artículo "Expresar emociones". Se trata, así, de reflexionar sobre cierta posibilidad que tiene toda persona, ese decir: aquella posibilidad de aprender a expresarse para, así, mejorar su calidad de vida. Porque sí hay algo que a lo largo de nuestros análisis va quedando claro es que cuanto mejor sea la comunicación entre las personas (ya sea en la familia, la amistad, pero, sobre todo, en la pareja) mejor será la forma vivir. De este modo, presentamos a tu consideración, lector, algunas preguntas que consideramos capital y que, si bien intentaremos responder inicialmente, no podrán ser agotadas en la extensión de un texto como el presente, quedando sobre ti, luego, la tarea de profundizarlas desde la propia experiencia.

aprenda a expresarse con el otroY entonces, visto y considerando lo antes dicho, preguntemos sin más: ¿Por qué tenemos que aprender a expresarnos? Y la respuesta primera, verás, surge casi desde el sentido común, así decimos: Los seres humanos -todos, sin excepción- tenemos que aprender a expresarnos porque no hemos nacido con esa capacidad ya desarrollada. O, por decirlo de otra forma: Expresarse es una posibilidad a la que el ser humano puede arribar solo si se compromete a aprenderla; no es, por el contrario, algo que esté garantizado.

Más entonces, quedando entendido -de acuerdo con el título del presente artículo- que "a expresarnos" es algo que tenemos que aprender, cabe preguntar: ¿Cómo aprende el ser humano a expresarse? Es decir: ¿Cómo desarrolla una persona esa posibilidad que tiene de expresarse para, con ello, ganar una mejor calidad de vida? Y verás, lector, que la respuesta a esta pegunta bien podría, inicialmente, alejarse un tanto del sentido común. Porque "a expresarse" no es algo que se aprende en la escuela, ni en un instituto; "a expresarnos" no es, ni siquiera, al que nos enseñan nuestros padres. De manera muy distinta –decimos: "A expresarnos" es algo que aprendemos, antes que nada, jugando.

Sí, lector, hemos dicho: "jugando". Así, en nuestra primera infancia, aprendemos a expresarnos jugando con "las cosas" que están a nuestro alrededor y, con ese jugar, vamos reconociendo un mundo que expresar. Luego, cuando dejamos de ser bebés, nuestro juego pasa a vincularse con otros (he ahí la importancia de la escuela) con quienes empezamos a compartir una comunicación, es decir: un común expresarse. A continuación, el juego del hombre pasa a ser cosa todavía más seria, ya que en la medida que se aleja de su niñez, se va acercando a la mujer, mientras que, para la mujer, el juego está dado por una posición opuesta y complementaria ya que, en la medida que deja de ser niña se va acercando, gradualmente, al hombre. Así, por fin, del juego entre el hombre y la mujer surge la posibilidad de la familia, que abre aún más posibilidades pero -esto es muy importante- siempre desde la dinámica del juego base del "hombre-mujer" y "mujer-hombre".

 
 
 

Algo para expresar

Así mismo, y sin quitar nada de lo antes dicho, cabe señalar -con énfasis- lo siguiente, a saber: que solo es posible expresarse en la medida que se tenga algo que expresar y que, por lo tanto, uno solo tiene algo que expresar en la medida que descubre algo. De esta manera, hemos dado, lector, con esa otra gran palabra que nos ayuda a pensar nuestra pregunta de "¿Cómo aprender a expresarnos?" Hablamos, en este caso, de la palabra: "descubrir".

aprenda a expresarse y a escucharPorque sino; ¿qué escribiría el escritor -es decir: el que se expresa escribiendo- si no tuviera, antes de escribir, algo que decir? De este modo, se pone de manifiesto que la posibilidad de expresarse libremente surgirá, en gran medida, de los descubrimientos que la persona vaya haciendo al respecto del mundo y, a la par, de sí misma. Y con esto entra aquí, como no podía ser de otra manera, la experiencia del arte. Decimos así: Que la experiencia del arte, en su práctica asidua y, en el mejor de los casos, cotidiana, constituye la herramienta que, en el sentido de aprender a expresarse, se destaca por sobre cualquiera de las demás.

Por lo restante, cabe enfatizar que todo proceso de aprendizaje, y más aún el referido a la expresión de emociones, sentimientos y pensamientos, requieren de paciencia. Es decir: No es viable progresar en el camino de un día para el otro, ya que tanto este juego como este descubrir, y por su parte también el arte, conllevan un tiempo de desarrollo que no puede precipitarse o forzarse de ninguna manera. Así, lector, recuperando con esto lo ya expuesto en nuestro artículo "Expresar emociones" recuerda no ceder ante exigencias o culpas; entrégate, pro el contrario, a la libertad de ir apropiándote de las capacidades que, encendiendo tu deseo de comunicarte, te posibiliten una capacidad expresiva genuina, viva y transformadora.