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Problemas del noviazgo

 

Queremos aquí presentar a tu consideración, lector, el análisis de un tópico que muchas veces queda desplazado de la escena central por el simple hecho de señalar, sin más, el "lado oscuro de la luna" que toda relación de pareja guarda en su seno. Hablamos, así, de los problemas del noviazgo. Con esto no queremos -de ninguna manera- hacer apología de "lo malo" o -mucho menos- negar las virtudes de este tipo de relación. Incluso por el contrario, quizás recuerdes que en nuestro artículo "Consejos para el noviazgo" apuntamos que "en la vida no se puede ser feliz solo". Y es precisamente por ello que, ahora, nos dedicamos a redactar las líneas que siguen; porque siendo el noviazgo una relación de carácter fundamental en la vida de toda persona, sería ciertamente injusto que no dedicáramos a tratar sus problemáticas.

De esta forma, y entrando de llenos en el tema que nos ocupa, decimos sin más: Siendo el noviazgo una relación de carácter esencial para el correcto desarrollo de la personalidad de los sujetos es, también -sin quitar lo otro- una relación que se caracteriza por ser particularmente conflictiva. problemas de noviazgo muy comunesTanto es esto así, lector, que, de hecho -esto es verdaderamente importante de entender-, los buenos noviazgos no son aquello que no tienen problemas sino, incluso por el contrario, aquellos que, teniendo problemas, los solucionan.

¿Y por qué decimos que el noviazgo es un tipo de relación particularmente conflictiva? O, aún mejor: ¿Cuál es el conflicto que toda relación de noviazgo conlleva? Pues bien, creemos que la respuesta a este interrogante es la siguiente: Porque siendo el noviazgo aquella de las relaciones en donde se produce la transición entre el primer enamoramiento y el amor real, dicha transición conlleva, en las emociones de cada una de las personas que lo constituyen, una transformación que no puede -y repetimos: "no puede"- producirse sin que se produzcan muy difíciles resistencias.

Porque uno entra a un noviazgo lleno de ilusiones y fantasías al respecto de cómo es el otro, pero solo para, después de algún tiempo, venir a confirmar que ese sentir inicial, "lleno de mariposas en la panza", no se corresponde con la realidad de un vínculo íntimo que se proyecta a futuro. Es decir: Todas esas sensaciones increíbles que caracterizan el principio de un noviazgo llegan, eventualmente, a derrumbarse, y ello no puede menos que conllevar el sufrimiento de las partes que lo componen.

 
 
 

¿Por qué suceden?

En este sentido, el "por qué" del derrumbamiento de esas idealizaciones iníciales encuentra, en realidad, una esencia mucha más profunda que es, a nuestro entender, la siguiente: En primera instancia, uno entra en un vínculo de noviazgo porque siente que será una suerte de refugio para sus propias penas. Esto es, entonces: el noviazgo visto como refugio. Pero ocurre que, en realidad, la relación amorosa entre el hombre y la mujer no es un refugio sino un hogar (siendo que las palabras "refugio" y "hogar" son, de hecho, diametralmente opuestas). problemas de noviazgo en adultosY si ocurre que el noviazgo tiene algo de refugio es, simplemente, lo que tiene de "puerta de entrada" a un camino que, si todo sale bien, terminará en el hogar. Lo difícil, entonces, es ir entendiendo que, a diferencia de lo que ocurre con un refugio, que es siempre un lugar provisorio, el hogar es un espacio que uno no va a dejar nunca. Pues bien: este "no dejar nunca", a la vez que atrae al ser humano (porque ¿qué hay más lindo que el hogar?), lo aterra en lo profundo de su alma.

Va quedando claro, de esta manera, que, entonces, los problemas de noviazgo se fundamentan en el hecho de que cuanto más avanza la relación más se van dejando las posibilidades de tener otras relaciones. Es decir: si el noviazgo va bien, cada paso que en él se da nos aleja de otras posibles relaciones que -precisamente por elegir "esta"- nunca tendremos. Se trata, así, de las dificultades propias de todo elegir, lector. Elegir es difícil porque el que elige siempre renuncia, a la par, a todo lo que no elije y, aún más: elegir es difícil porque siendo que solo se puede elegir "algo" -"algo" que en este caso es "alguien"- eso implica que nunca, jamás, se lo podrá tener todo.

Por lo demás, los problemas del noviazgo descansan, así mismo, en el hecho de que el niño, o la niña, que todos fuimos le va dejando espacio al hombre, o a la mujer, que cada uno de nosotros puede llegar a ser. Y hacemos mucho hincapié en la palabra "puede" por el simple hecho de que convertirse en un hombre, o en una mujer, no es algo condenatorio o inevitable sino, precisamente por el contrario, una posibilidad de que debe ser deseada y elegida. ¡Qué difícil es decirle adiós al niño o a la niña que fuimos! Tan difícil es, lector, que ello conlleva dificultades al interior de una relación realmente maravillosa, capaz de transformar a la persona para siempre.