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¿Qué es la timidez?

 

A diferencia de lo que hemos hecho en otros artículos precedentes, en los que caracterizamos la esencia de ciertos géneros artísticos, queremos presentar, con las líneas que siguen, una aproximación específica que indique lo propio -no ya de un personaje- sino del ser humano en concreto, es decir: de la persona humana.

Abordamos así el tópico de la timidez, apelando para ello a la pregunta más simple y directa de todas las posibles: ¿Qué es la timidez? En este sentido -para dar cuenta del fenómeno que pretendemos analizar- deberemos señalar distintos aspectos constitutivos de la estructura psíquica y emocional del sujeto. Inicialmente -desde el más inmediato sentido común-, podríamos definir a la timidez como una parálisis que embriaga a la persona a la hora de tener que lanzarse a la acción en pos de la conquista de algo que le es deseado. Pensamos, así, por ejemplo, en el joven que "por timidez" no se anima a acercarse a la chica que le gusta para invitarla a salir, o aquél que debe hacer una presentación ante el público y sin más se niega a hacerlo, argumentando para ello que "es una persona tímida". imagen sobre que es la timidezPues bien, esta primera aproximación es correcta aunque -como no podría ser de otra manera- un tanto superficial.

De modo que, para proseguir en nuestro análisis, debemos preguntar: ¿Qué es lo que estructura la timidez? Porque así como una casa se levanta sobre unas bases que no son visibles, la parálisis del tímido se levanta también sobre unas bases que, siendo emocionales en vez de materiales, no se manifiestan en sus negativas a "acercarse a la chica" o a "hablar en público". Es decir, para ser más precisos: La parálisis es la manifestación exterior más evidente de la timidez, siendo que esa timidez solo es posible porque, hacia su interior, hay una estructura emocional que la sostiene. ¿Cuál es, entonces, esa estructura? Y verás, lector, que la respuesta a este interrogante debe abordarse en tres partes:

La primera de estas "partes" tiene que ver con cómo la persona tímida se siente en relación al prójimo, es decir -en nuestro ejemplo- a "la chica" y "al público". Y lo que profundas investigaciones sobre la naturaleza de la psique humana revelan es que -antes que nada- el tímido no llega a ver, en ese otro ("la chica" o "el publico") a una persona real y humana sino, de manera distinta… a un fantasma. Es decir: ese otro frente al que el tímido siente su parálisis es para él, no gente con la que podría efectivamente comunicarse sino, diferentemente, "algo" indeterminado que es la encarnación de sus temores. Así, el joven al que le gusta la chica, cuando llega el momento de acercarse a la chica, deja de ver a la chica para pasar a ver un peligro; "algo" -porque no es siquiera alguien- que, sí él efectivamente se acercara, respondería de manera impredecible y potencialmente peligrosa.

 
 
 

Otros aspectos fundamentales

La otra "parte" sobre la que se estructura la parálisis del tímido tiene que ver con su imaginación. En este sentido, cuando el tímido deja de ver "a la chica" pasa a ver, en su lugar, "algo" que él imagina y que teme profundamente. Por supuesto que cuando utilizamos la palabra "ver" no nos referimos a un ver "ante los ojos", sino a un "ver emocional", es decir: un ver que si bien no tiene ningún defecto físico, al momento de interpretar emocionalmente "lo que ve", lo atemoriza. De esta forma, vale destacar que se produce aquí una verdadera proyección; una proyección en la que lo imaginado pasa a ocupar el lugar -emocionalmente, repetimos- de lo que está "realmente ahí".

que es la timidez para el hombreLa tercera "parte" del problema es, en buena medida, lo que señalamos al principio, es decir: la parálisis. Así, siendo que al tímido se siente emocionalmente asustado por su imaginación, y no logra neutralizar eso que imagina con lo que en realidad tiene "ante los ojos", se activa en él un verdadero mecanismo de defensa que detiene su movimiento (no lo deja acercarse a la chica, por ejemplo) para preservarlo del peligro. Se trata, como verás, lector, de un mecanismo de defensa que no se defiende de nada real sino, por el contrario, de algo que siendo imaginado pareciera ser real, aunque no lo es.

De esta manera, lector, queda caracterizada, aunque muy esquemáticamente, la estructura sobre la que se yergue la timidez. En base a lo dicho, cabe señalar que existen distintos grades de timidez, siendo algunos leves y otros, por el contrario, más bien graves. En líneas generales, todos los seres humanos tenemos un nivel básico de timidez, pero se trata de algo que, en líneas generales, somos capaces de superar. Por el contrario, los casos más difíciles pueden conllevar una parálisis completa de quien los sufre, como ser el ejemplo del pánico escénico, en donde la persona puede entrar en una verdadera crisis nerviosa si se la obliga a presentarse en público.