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Hay relaciones románticas que por las características propias de su constitución no son aptas para sostener un vínculo a la distancia. Pero lo interesante es señalar que hay, también, ciertas relaciones románticas que, de manera contraria, no solo son capaces de sostenerse a la distancia sino que, incluso, hacen de la distancia una ventaja, de modo tal que al reencontrarse experimentan un mayor que el que les era propio cuando se distanciaron. Así, hay parejas que nunca se distancian, y sin embargo viven separadas, y hay parejas que se distancian permanentemente, y viven siempre juntas. Como se ve, bajo la expresión "relaciones a distancia" yace un tópico de inconmensurable: entender que distancia no es separación, y viceversa.
Ahora dinos, lector: ¿Piensas tú que esta época en la que vivimos, llena de tecnologías para la comunicación, se caracteriza por ser una época en la que, precisamente por la existencias de esas tecnologías, es más fácil sostener un vínculo romántico a distancia? La respuesta más obvia sería decir que sí, ¿verdad?; pero lo cierto es que el hecho de tener a disposición un montón de alternativas para comunicarse no pareciera hacer más fácil el sostenimiento de una relación distancia. Y es curioso: porque tampoco pareciera hacerlo más difícil. Es curioso, decimos: Pareciera que las tecnologías de la comunicación -en contra del sentido común- no tienen mucho ver con el tema que analizamos.
Pero entonces, ¿qué es aquello que sí tiene que ver con el tema que estamos tratando? ¿Qué es lo que permite sostener un vínculo amoroso a la distancia? Y verás, lector, que la respuesta a esa pregunta no es demasiado difícil. La respuesta es: los pensamientos… Sí, lo decimos de vuelta: "los pensamientos". Ellos -los pensamientos- serán los que permitan que una relación se sostenga a la distancia o, por el contrario, serán los que le hagan caer definitivamente.
Y es así, visto y considerando lo antes dicho, que señalamos ahora lo siguiente: Cuando una persona se ve distanciada de la otra a la que ama -y sobre todo en el amor romántico- lo que le ocurre es que, de algún modo, "se queda sola con sus pensamientos". Y es notable apreciar que el hecho de encontrarse incluso cotidianamente, por el teléfono, o por internet, no ayuda a disminuir la angustia de estar separados. Esto ocurre porque esos pensamientos, sobre los que tanto énfasis hacemos, están llenos de desconfianza; es la desconfianza en los pensamientos lo que hace que las parejas distanciadas terminen siendo incapaces de sostener su vínculo afectivo.
Pero, habiendo dicho ya cuáles son los pensamientos que provocan la separación, ¿qué se puede decir de los pensamientos que logran sostener la relación y, aún más, hacerla crecer en el amor? Y verás, lector, que no siendo el amor una experiencia limitada exclusivamente a lo físico, sino proveniente antes bien del espíritu: son los pensamientos espirituales los que logran unir a las personas a través de la distancia; a través de cualquier distancia; incluso, cuando esa "distancia" es… la muerte. |
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Nuestros pensamientos
Más entonces queda hablar un poco de lo que debe entenderse por la expresión: "pensamientos espirituales", ya que son éstos, y no otros, los que permiten que la relación distante se sostenga. Peo verás, lector, que estos pensamientos espirituales no pueden definirse "en sí" porque "en sí mismos" no son nada. O, por decirlo de una manera más clara: Los pensamientos espirituales son aquellos que están enteramente al servicio de los pensamientos de los demás, de modo tal que lo que piensa el otro lo conocen ellos también.
¿Telepatía?, cabrá preguntar seguramente. Pero no, no es telepatía, es pensar en lo que estará pensando el otro. "¿Y si el otro está pensando en serme infiel?" Bueno, decimos que ese pensamiento no es del otro, sino tuyo (es uno de los pensamientos desconfiados y, acaso, el más poderoso de todo). Pero no te quepa duda, lector, de que si hay amor en la relación romántica, bien sabrás tú reconocer, en tus propios pensamientos, lo que está pensando el otro "que está lejos", y así, no pudiendo estar juntos físicamente, podrán estar juntos con la mente y el corazón.
Así, si la distancia es un problema, busca la solución en aquello que no está sometido a la distancia; en aquello que trasciende por completo los kilómetros y los aeropuertos; en lo que es primero y es último. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué piensa la persona que yo amo? Y verás que esos pensamientos se hacen presentes en ti, de manera clara y amorosa. Por lo demás, está muy bien si quieres mantenerte en contacto utilizando el mail, el chat, la teleconferencia, las redes sociales, la webcam o el correo convencional. No es eso lo que más importa. Lo que sí importa es saber pensar. Saber pensar "en" el otro y dejar que el otro piense "en" uno. |
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