La idea del presente artículo es echar luces sobre las características que hacen a la esencia de la canción de amor cristiana, mostrando los fundamentos que la sostienen, a la par que se señala la forma de su estructura interna. Así, es nuestra intención con esto, lector, presentar a tu conocimiento las claves que te permitan reconocer una canción de amor cristiana de las canciones de amor de otro tipo (tan frecuentes hoy en día).
Desde una perspectiva general, lo primero que se hace necesario apuntar es que, en la historia de la tradición cristiana, la música ocupa -junto con el arte plástico- un espacio de privilegio entre las artes.Se trata, con ello, de contribuir a la difusión, en el mundo, de las enseñanzas del Señor Jesucristo, apelando para ello a la sensibilidad de las personas. En este sentido, vale destacar que en tiempos pasados, cuando la música vivía en grandes obras orquestales, hubo inmensos compositores europeos que volcaron en ella su espíritu cristiano. Por lo demás, en la medida que las formas de la música fueron evolucionando hacia obras más cortas, la tradición de música de amor cristiana fue adaptándose para acoplarse, también, a ese gran fenómeno que hoy en día llamamos: canción. Desde una primera perspectiva, podría hablarse de la canción de amor cristiana en tanto el amor que -por medio de la vida y las enseñanzas de Jesús- une al ser humano con Dios. En este sentido -y sin entrar en mayor detalle-, se trata de poner de manifiesto que solo a través del amor puede el hombre llegar a conocer a Dios ya que, para el ser humano, Dios es amor.
Por lo demás, este tipo de canción es la que se utiliza para celebrar los distintos rituales cristianos como ser, por ejemplo, la misa católica. Así, los cantos tienen, en ese espacio, la función de acercar el alma de las personas a la presencia de Dios o, como también se dice en este sentido: a la presencia del Espíritu Santo. Pero por fuera del ámbitos estrictamente religiosos, la canción de amor cristiana ha dejado, también, profundísimas huellas en el arte que se refiere a las relaciones de ser humano a ser humano, ya que Jesucristo enseño que, así como se ama al Padre, debe amarse al prójimo. De esta manera, las relaciones interpersonales, ya sean de pareja o amistad, quedan específicamente alcanzas por la profunda enseñanza de amor cristiana.
Canciones con contenido
En este sentido, por lo que al contenido de la canción respecta, se trata de obras que elogian, antes que nada, la resistencia del amor ante las dificultades que presenta el mundo. Así, historias referidas a la capacidad que tiene el amor genuino de trascender situaciones tales como la enfermedad, el distanciamiento, los malestares relacionados con la economía y -esto es lo fundamental- la muerte. Con esto, lo que se pone de manifiesto -a nivel artístico en este caso- es la dimensión espiritual existente entre todas las personas, sin importar su edad o condición particular. Y en este mismo sentido, quedan señalas como de origen cristiano aquellas canciones que se refieren al amor que, a pasar de no ser correspondido, se sostiene, ya que esto mismo, lector, fue lo que ocurrió con Jesús, quien, habiendo venido al mundo para servir y enseñar el amor del padre, no solo no fue correspondido por el mundo sino que, contrariamente, fue crucificado.
Por otra parte, lo mismo ocurre con la amistad, que es la relación de hermandad en que han de vivir todos los seres humanos. El principio de este, profundamente cristiano en su esencia, radica en que todos somos hijos del Padre, siendo, así, que toda diferencia establecida entre las personas que habitan la tierra no es más que una mera ilusión material, que no responde al alma esencial, es decir: a la verdad sutil y primera.
Por último -y en relación con lo anterior-, caben destacar varias canciones de amor cristianas referidas a la renuncia de la posesiones materiales a favor de los pobres o, también, a favor de sí mismo, en tanto una vida de pobreza mundana prepara al alma del sujeto para que, cuando llegue el momento de su muerte, no encuentre resistencias que dificulten si ascensión al Padre (es decir, al paraíso). A manera de señalamiento final, cabe destacar que las canciones de amor cristianas se caracterizan por su estructuración armónica clásica, con predominio de tonalidades mayores o, también, modulaciones de acordes menores a acordes mayores (representando, así, el paso de este mundo de sufrimiento al mundo de los cielos, o sea: la resurrección del Señor Jesucristo). Por lo demás, suelen contar en la estructura de su letra con la presencia de un estribillo que es, sobre todo, el corazón del mensaje; aquello que se quiere trasmitir y enfatizar, repitiéndolo. Se trata, así, de lograr emocionar profundamente, transmitiendo, sobre la base de esas emociones, el inmenso mensaje de amor trascendente que caracteriza a las enseñanzas de Jesús, de sus apóstoles y de sus Santos.