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Un buen mensaje romántico breve
Y así, preguntémonos entonces: ¿Qué es lo que caracteriza a un buen mensaje romántico breve? Y la respuesta, verás, no debe buscarse en estructuras de la oración o estudios comparativos de las lenguas. No, lector, nada tan académico como eso es oportuno en este momento ya que, incluso por el contrario, solo se trata de que logres manifestar tu deseo de manera cabal. O, también: Podremos decir que un mensaje corto es bueno si logra expresar tu deseo de manera -precisamente- corta. En este sentido, en favor de desarrollar esa capacidad de expresarte de manera breve y concisa, ten siempre en cuenta la realización del gran ejercicio de la pregunta para consigo mismo, esa pregunta, sincera y sencilla, de la que nace nuestra verdadera capacidad de comunicarnos y, sin la cual, toda hablar pareciera estar vacio de significado.
La pregunta en cuestión es: "¿Qué quiero?" Y así, verás que haciéndote esta pregunta a ti mismo, y buscando luego la forma de darle respuesta, iras entrenando conjuntamente una forma de comunicación breve y efectiva, que no necesite apelar a grandes vueltas para poner de manifiesto tu entendimiento. Luego, desde la base de esa sinceridad contigo mismo, verás, incluso, que lograrás -si quieres- hablar son necesidad de muletillas en el discurso, o de frases repetidas y gastadas que transforman las palabras en una suerte de… "neblina de madrugada", en la que nada se puede reconocer.
Por lo demás, a la hora de apuntar consejos específicos y prácticos, recuerda que los buenos mensajes románticos cortos son aquellos que, en su estructura, no se detienen a valorizar los atributos físicos o gesticulares de una persona sino que, por el contrario, apelan estrictamente al lenguaje para articularse y comunicar. Así, por ejemplo, será mucho menos probable encontrar efectividad en un mensaje del tipo: "me gusta su sonrisa", que otro del tipo: "me gustan tus aros", ya que mientras en el primero nos referimos a algo congénito (es decir traído desde el nacimiento) en el segundo estamos señalando un aspecto que constituye la identidad estética de determinada persona; algo que, a diferencia de la sonrisa, esa persona integró por sí misma a través del lenguaje. Por último, por lo que a mensajes que lleven propuestas respecta, recuerda también que hay que evitar todo tipo de explicaciones que entorpezcan el poder de la propuesta en sí. De esta forma, no se trata de convencer a la mujer, o al hombre, de que sería apropiado encontrarse en tal café, o ir a ver tal película, por "tal y tal motivo". ¡Por el contrario!, antes que los motivos tiene que quedar de manifiesto la propuesta, ya que si no parecerá que estas buscando excusas para evitar lo que, de otro modo, ya tu mismo presientes sería una negativa… Atiende esto que te decimos y exprésate sin pelos en la lengua, lector, que el amor… no se vende . |