A nivel simbólico, lo que es decir: por fuera de lo evidente y lo inmediatamente manifiesto, las palabras constituyen el soporte comunicativo humano por excelencia. En este sentido, es importante entender que una palabra -cualquiera que sea- puede trascender en sí, por mucho, a la significación inmediata con que se la suele asociar en el habla cotidiana. Al pensar y decidir nuestras "palabras románticas" entonces apelamos a simbolos que en el lenguaje cotidiano reflejen el estado de enamoramiento y de romance propio, auténtico, individual, y con suerte --pero sobre todo con honestidad-- lograremos componer esa idea que late adentro nuestro deseando salir y conquistar el mundo.
Ya sea que se trate de una palabra que se refiera a una "cosa" (rosa, perfume, playa) u otra que se refiere a una "acción" o, incluso, al "concepto" más complejo y abstracto, ocurre que dicha palabra puede intercambiar su significado de acuerdo al contexto (o lo que es decir lo mismo: en su relación con otras palabras) para que la "cosa" se transforme y pase a comunicar "concepto", o también la "acción" se transforme, y pase a ser "concepto o cosa". De esta manera, lo que con esto estamos queriendo señalar, no es más que la capacidad trascendente que tiene toda palabra y, a la par, una forma indicada de su trascendencia que es: la poesía, el lirismo, la prosa.
Ahora bien, apartándonos ya de la primera consideración -importante y general- puesta de manifiesto arriba, cabe hacer la pregunta: ¿Se puede hablar de palabras románticas, en el sentido de señalar algunas que sean más apropiadas para comunicar emociones que otras? Pues bien, la respuesta a este pregunta es "no" y "si" a la vez. La respuesta es "no" -no hay palabras mas románticas que otras- si se considera el tema desde una perspectiva esencial, ya que toda palabra, esencialmente, tiene la posibilidad de ser considerada como "romántica", para ello, solo basta que logre acceder a las emociones de la persona que la escucha. Pero la respuesta es, también, "sí" -sí hay palabras más románticas que otras- si se considera el tema desde una dimensión relativa. ¿Y por qué es esto? Esto es así porque lo que podemos llamar una matriz cultural, que hace que determinada palabra, circunscripta en un tiempo y espacio determinado, logre quedar más, o menos, asociada a imágenes, conceptos y acciones que sean capaces de acceder a las emociones de las personas. Pues bien, preguntemos entonces: En nuestra matriz cultural occidental, ¿cuáles son las palabras románticas más apropiadas? Y ocurre que la respuesta a esta buena pregunta constituye el sentido específico del presente artículo, ya que con la misma se abren las puertas de una estructura fundamental, desde la cual poder, después, articular toda una forma del lenguaje que permita, efectivamente, alcanzar las emociones de las personas con las que cotidianamente nos relacionamos.
Palabras apropiadas
Así, cabe enfatizar que, en nuestra matriz cultural occidental o, si se quiere especificar más aún: en nuestra matriz de lengua indoeuropea, aquellas palabras que podemos considerar como románticas son las que están relacionadas con el aspecto luminoso de la vida. ¡Sí, lector, "luz", es la respuesta a la pregunta por nuestras palabras románticas!, y luego, en segundo lugar, todas aquellas que resaltan las dimensiones de lo elevado, es decir: lo tendiente al cielo, al sol, a las estrellas, a la luna. Por lo demás, a modo de una tercera alternativa, cabe señalar también una estructura relacionada con las distintas potencias de la naturaleza, sobre todo el viento y la lluvia, sin dejar de lado las expresiones naturales más agraciadas a la vista, como ser las flores.
De este modo, visto y considerando lo antedicho, logra ponerse de manifiesto que aquél que quiera ser capaz de expresarse con palabras que -a oídos de quien las escucha- se perciban como románticas, debe ejercitarse asiduamente en la búsqueda de aquellas que mejor relacionadas queden con la estructura arriba indicada.
A la par, también es importante señalar que el hecho de que la "luz" sea la matriz romántica por excelencia de nuestra cultura, no quita por completo la posibilidad de encontrar palabras románticas vinculadas a su contraparte "oscura" ¡Y esto es muy importante de entender, lector, porque una cosa no extermina la otra! Lo que aquí estamos tratando de enfatizar es una característica, si se quiere; una tendencia que está presente en occidente desde hace miles de años pero que, sin embargo, no implica la imposibilidad de acceder a otras alternativas. En este sentido, incluso, vale la pena señalar que las estructuras del lenguaje más románticas, como ser grandes poemas o versos, se caracterizan por tener la capacidad de mostrar una preeminencia de lo luminoso por sobre lo oscuro porque, claro -esto es importante-, para poder señalar una luz no hay, quizás, mejor manera que mostrar también las distintas formas de sus sombras. Así, lector, lo que en el fondo queremos hacer con este artículo es alentarte a la exploración propia en busca de palabras, de versos, de poemas románticos. Será importante que, antes que nada, te avengas a considerar en profundidad las estructuras que en estas líneas te hemos querido mostrar, pero, por lo demás, sé tu mismo quien se aventure a la tarea de encontrar la manera de expresarte que consideres más emotiva y bella.