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Pensamientos románticos

 

Las líneas que siguen están específicamente destinadas a todas aquellas personas que, día a día y hora a hora, se ven a sí mismas completamente tomadas o, mejor dicho absorbidas, por una gran cantidad de pensamientos románticos y sensaciones de felicidad centradas en una persona. Por decirlo de otra manera, toda aquella gente que en su hacer registra, cotidianamente, una actividad mental muy frecuente y sostenida, relacionada específicamente con pensamientos en los que la unión entre un hombre y una mujer es el centro de la cuestión.

pensamientos romanticos para enamoradosAsí, el presente artículo tiene por intención puntualizar (a modo de una caracterización esencial) cuáles de dichos pensamientos pueden considerarse beneficiosos para la persona que los piensa y cuáles de ellos, por el contrario, constituyen distracciones nocivas que deterioran la capacidad operativa de la persona. En primer lugar -antes de pasar a cualquier consideración más profunda- cabe señalar que, en líneas generales, es perfectamente normal que una persona tenga, a lo largo de su día, una experiencia mental basada en pensamientos románticos. Esto se debe -como no podía ser de otra manera- al hecho de que el amor entre el hombre y la mujer constituye uno de los muchos impulsos emocionales fundamentales, sobre los que se cimienta toda la estructura sentimental del sujeto. Así, visto y considerando que dicha presencia emotiva ha de tener, necesariamente, manifestaciones concomitantes a nivel mental, no ha de resultar extraño que la persona, en algunos momentos de las veinticuatro horas que dura un día, se encuentre a sí misma pensando románticamente.

Sin embargo, un exceso desmedido en la actividad mental arriba descrita (una persona que pareciera no poder hacer más que tener pensamientos románticos) puede estar alertando sobre ciertas situaciones de la realidad del individuo que -no cabe duda- es necesario señalar. Antes que nada, cabe enfatizar que no hay por qué alarmarse. Pero, eso sí, es necesario hacerse algunas preguntas: Primero y antes que nada, lo primero será reconocer si esta actividad desmedida de pensamientos románticos está interfiriendo con nuestras responsabilidades cotidianas (el trabajo, los estudios, las relaciones con nuestros familiares o amigos, etc.). En segundo lugar, es importante detectar si esas imágenes, o esas palabras que se disparan en la mente están relacionadas a la propia vida amorosa o, por el contrario, a la vida amorosa de otros. Luego, por último, también es necesario considerar nuestro estado de ánimo en el momento en que dichos pensamientos se hacen presentes en nuestra mente.

 
 
 

Consideraciones importantes

Por lo que respecta a la primera de las consideraciones, cabe destacar que la distracción referida a la imaginación de situaciones amorosas diversas es una de las más comunes que hay. Se trata, sin lugar a dudas, de un problema, ya que la persona que experimenta estas fantasías se ve a sí misma impedida por lo que respecta al normal desempeño de sus actividades productivas e intelectuales. En este sentido, será importante que cuando el sujeto se vea "invadido" por estos pensamientos, trate de detenerse por un instante para indagar cuáles pueden ser los motivos que los manifiestan. Si fuera necesario, no hay que descartar una consulta con un profesional. En relación a la segunda de las consideraciones, cabe señalar que, si los pensamientos románticos refieren a la propia persona, estamos ante una sana y natural manifestación de deseo, es decir; una representación mental que es propia de unas "ganas" -por decirlo de algún modo- referidas a la propia intención de vincularse amorosamente.

pensamientos romanticos sumamente amorososEn este sentido, enfatizamos el hecho de que dichas fantasías ocupan un lugar calve en lo que respecta al desarrollo de una estrategia de seducción, ya que la imaginación permite profundizar aspectos que el la razón abstracta nunca llegaría a considerar. Si, por el contrario, las fantasías amorosas refieren a otras personas, cabe destacar alguna posible situación emocional entre alguna de esas personas imaginadas y el propio sujeto que imagina.

Sea como fuere, es importante saber que las representaciones mentales nunca ocurren porque sí, caprichosamente, sino que van, siempre, vinculadas a algún movimiento emocional que, consiente o inconscientemente, está determinando la estructura sentimental de la persona. Por último, considerando la tercera de las observaciones -y en estricta relación cono todo lo dicho arriba- cabe señalar que el ejercicio de detenerse a interpretar los estados emocionales que se ponen de manifiesto conjuntamente con los pensamientos románticos en cuestión es una de las formas más importantes de auto-conocimiento; una verdadera herramienta de análisis que le permitirá al sujeto, no solo conocerse mejor a sí mismo, sino profundizar un vinculo de bienestar con los demás. Esta posibilidad de desarrollo individual es a tal punto importante que no debe limitarse la expectativa de sus frutos al ámbito estrictamente amoroso, ya que aquello que se logre por este camino alcanzará, no cabe duda, la dimensión total de la persona, conllevando grandes avances en los planos productivos, intelectuales y del lenguaje, como así también una mayor claridad estratégica en cualquier proyecto que se quiera emprender.