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Poetas románticos

 

La intención del presente artículo no es presentar la biografía de algunos, o muchos, de los grandes poetas románticos que ha tenido y tiene la historia de las artes escritas humanas. Así, no se trata aquí de fechas de nacimiento, ni de anécdotas de cómo fue la infancia de este o aquél artista de las "palabras de amor"… De manera distinta, las líneas que siguen buscan echar luces sobre aquello que caracteriza a una buena obra poética señalando, así, por qué tal o cual autor es considerado como "importante". Pero, más allá de ello, incluso, es nuestro deseo, lector, poder señalarte la esencia de la obra de aquellos grandes poetas románticos para que, al fin y al cabo, puedas llegar a ser tú también alguien que, sobre la base de una estructura, logre articular su propia forma de expresión en la belleza y la trascendencia de las palabras. lectura de poetas romanticosEn este sentido, para llevar adelante nuestro propósito, apelaremos a la obra de dos poetas irrefutablemente poderosos -sí, poderosos- para poner de manifiesto aquellas variables clave, que hacen de su trabajo una fuente inagotable de inspiración para otros artistas de la escritura que, como ellos, desean dejar su impronta en la sensibilidad de las almas del mundo. Los poetas a los que nos referimos son: Pablo Neruda, primero, y Gustavo Adolfo Bécquer, segundo.

Pablo Neruda: Referirse a Pablo Neruda es señalar, sin lugar a dudas, a uno de los poetas más importantes de la cultura literaria latinoamericana. Su obra ha sido reconocida, por lo demás, a nivel internacional, como aquella que revela, de la manera más sutil, la profunda belleza que se esconde en cada mujer… Pero -siendo coherentes con lo que anunciamos arriba- dejemos de hablar del Pablo Neruda hombre para pasar a hablar del Pablo Neruda obra. Y así, nos preguntamos: ¿Qué es lo que permite reconocer el trabajo de este poeta? Lo primero que hay que poner de manifiesto es que el centro indiscutible del arte escrito de Neruda es: la mujer.

Así, vemos que al momento de expresar sus emociones el autor apela directamente al objeto desde el que esas emociones nacen y, la vez, hacia el que esas emociones tienden. Porque en Neruda la mujer es el principio y el fin, mientras que el medio son… las palabras. Y es de esta forma como mejor queda clara la forma en que Neruda aborda su producción; para él, la poesía es "para la mujer". Luego, en segundo lugar, encontramos presente en los textos de este gran escritor chileno otra idea central, que queda poderosamente integrada al centro capital que quedó constituido -como hemos dicho- por "la mujer". ¿Y cuál es este otro elemento?, cabrá preguntar. Pues bien, la respuesta es: "lo que se revela". Es decir, aquello que en la mujer permanece siempre oculto pero que, de repente, se revela a los sentidos y a la conciencia del artista de modo tal que, completamente poseído por esos encantos, no puede hacer más que soltar y articular palabras en forma de poesía. Así, como queda puesto de manifiesto, Pablo Neruda es un gran ejemplo del poeta inspirado por las musas. Aquél que ve en la fuente y objeto de su deseo -la mujer- aquello que "le revela" lo que antes permanecía escondido: la belleza.

 
 
 

Otro gran poeta

Gustavo Adolfo Bécquer: Lo cierto es que sin este autor europeo no se podría hablar de poetas románticos en el sentido que el término adopta clásicamente. Se trata, aquí, de señalar la esencia de quien es el padre -y su obra la madre- de mucha de la poesía así llamada "romántica".

poetas romanticos que escriben a pluma Y preguntemos, entonces, como hicimos con Neruda: ¿Cuál es la esencia de la obra poética de Bécquer? Pues bien, la respuesta es esta: "amor". No la mujer, ni la flor, ni la sonrisa, ni el cabello enrulado, ni nada "concreto" que se manifieste de forma evidente, ni nada que sea "ante los ojos", sino el amor que todo lo trasciende, el amor que es cada cosa y ninguna a la vez. Así, lo fundamental del trabajo de Bécquer no queda sujeto a un "algo" sino, distintamente, a todo, y a nada.

En segundo lugar cabe señalar en la obra del escritor español la presencia de un permanente "juego de luces y sombras". Es decir: una belleza que se muestra pero -esto es fundamental- ya de inmediato se esconde. Una belleza que uno no sabe, casi, si se ha manifestado solo para volver a esconderse. Esta dinámica, este ir y venir de lo bello, es lo que da estructura, lo que aporta emoción y suspenso a toda lo obra del gran padre de los poetas románticos. Así, de manera distinta a lo que ocurría con Neruda, encontramos en Bécquer el ejemplo de un artista de las palabras cuyo trabajo no queda ceñido a un soporte sensible particular sino, por el contrario, alcanzado por una emocionalidad que viene desde el plano espiritual y trasciende a todas las cosas. O, por decirlo de otro modo: por su metafísica antes que por su física.