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Reflexiones de amor cristianas

 

En el presente texto es nuestra intención presentar una selección de reflexiones de amor cristianas que -si bien quedarán expresadas en nuestro propio estilo- pertenecen, en su esencia, a los Padres de la Iglesia Católica, a sus Santos, Apóstoles y como no podía ser de otra manera, a las enseñanzas del Señor Jesucristo.

A modo de primer esclarecimiento, debemos recordar, en primer lugar, que dentro de la tradición cristiana, hablar de las enseñanzas de Jesucristo conlleva hablar de las enseñanzas de Dios mismo. Porque Jesucristo es -como se dice- verdadero hombre y verdadero Dios. El Dios Hijo. muy bellas reflexiones de amor cristianasEl Verbo encarnado. Aquél que viniendo directamente de la Voluntad del Padre tomó la forma de hombre para enseñar a la humanidad -caída desde el pecado original- el verdadero significado de las Escrituras (es decir, la Ley judía), de modo que se inicie, en el devenir de la historia, el camino que restituirá al ser humano a su lugar de origen y pertenencia, es decir: ser en la presencia plena de Dios. Y toda la enseñanza cristiana puede resumirse en esas palabras que pronunció Jesús en aquella noche de jueves santo, antes de ser vendido por Judas y entregado para su posterior crucifixión: "Amarás a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". De aquí, entonces, es desde donde parten todas las reflexiones de amor cristianas, más allá de los matices teológicos, filosóficos o artísticos que después puedan llegar a tomar.

Pero solo Dios es amor, lector, y por fuera de Dios no hay amor posible. En este sentido, nada, absolutamente, hubiera podido hacer el ser humano para amar si, antes, no hubiera sido él amado por Dios. Pero, ¿qué quiere decir, entonces, "amarás a Dios por sobre todas las cosas", si el único que ama es Dios? Y verás aquí que, ya de entrada, ésta pregunta ayuda a restituir al ser humano a su justo lugar. Porque Dios no se ama a sí mismo, sino que le otorga a la humanidad -a través de las enseñanzas de su Hijo- la gracia gratuita del amor para que, por este medio, recupere el lugar que ha perdido. Así, el amor es un regalo de Dios para con la humanidad y solo después de esto ocurre que la humanidad, en la medida que se hace consciente de que el amor no le pertenece como patrimonio propio, queda posibilitada de amar a Dios por sobre toda las… cosas.

 
 
 

Valores cristianos

"El que dice que ama a Dios y no ama a su prójimo es un mentiroso", enseña también el Señor Jesucristo. Y esto porque aquella persona que el prójimo es, no es, precisamente, una cosa. Así, la cita no dice: "amarás a Dios más que a tu prójimo" sino, de manera diferente: "por sobre todas las cosas". De este modo, queda señalada la insondable profundidad de la enseñanza de amor cristiana. Primero: que no hay amor en la medida que "las cosas", es decir: lo "ante los ojos", lo material, vaya antes que el espíritu, o sea: el prójimo. Y segundo: que Dios está en el prójimo; en ese de quien tú eres "a imagen y semejanza" sin llegar a ser nunca -empero- Él mismo. De este modo, solo quien ama a Dios puede amar a su prójimo, y solo quien ama a su prójimo puede amar a Dios, porque sin Dios no hay prójimo, y sin prójimo no hay Dios.

reflexiones de amor cristianas muy hermosasY ahora, ¿quién se animará a negar que exista un prójimo? Amar a Dios y amar al prójimo; solo así se puede sentir el amor en sí mismo. De modo que, cuando de amar se trate, lector, lo más sabio, lo único que en verdad puedes y debes hacer, es entregarte a la gracia que Dios ya te ha regalado y, también, te ha enseñado a usar. Porque si buscas el amor como una consecuencia de tus buenas acciones caerás, inevitablemente, en el pecado de orgullo, que es -ni más ni menos- que el pecado del mismísimo Satanás. Así, hombres y mujeres, no debemos ser nosotros quienes amemos, sino, de manera diferente, solo aquellos que se entreguen por completo al amor que Dios ha puesto en nosotros. Porque el amor es solo el medio para llegar a Dios, y no un fin en sí (el fin, es siempre Dios). Dios es también el Padre del amor. Porque de Dios nos viene a nosotros el amor. Y para nosotros Dios será amor, o no será nada. Dios no necesita que la humanidad lo ame, pero lo desea más que nada, de la misma manera que un Padre no necesita que su hijo lo ame, pero lo desea más que nada. Y no funciona al revés -verás- ya que el hijo sí necesita amar a su Padre. El hijo que no ama a su Padre se está negando a sí mismo y -estrictamente hablando- es como si quisiera no ser. Pero Dios respeta a sus hijos, y no los obliga a amar. Lector, eres libre.