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Seducción rápida

 

La vida tiene de esas situaciones, en las que de repente, viajando en el colectivo o esperando en la cola de un banco, comprando en el supermercado o yendo a realizar cualquier trámite, se cruza ante nuestros ojos aquel hombre, o aquella mujer, que tiene todas las cualidades físicas, todas las expresiones corporales, la sonrisa y las facciones, todo lo necesario, en fin, para que pensemos en él, o en ella, como si se tratara del hombre, o la mujer, de nuestras vidas.

Inicialmente, es seguro que en un acto de prudencia se podría decir: "tranquilidad, que no conocemos a ese hombre, a esa mujer, y nos estamos dejando llevar por su mera imagen, por su solo aspecto físico", pero lo cierto es que, muchas veces, el deseo no conoce de este tipo de limitaciones, y hace bien,seduccion rapida con la boca ya que en la gran mayoría de los casos, esas limitaciones ("no lo conozco, ¿y si es un loco/loca, mala persona, boba?", y una larga cadena de etcéteras) no son más que un temor sin mayores fundamentos; un temor nacido de nuestra desconfianza, esa misma que nos dice: "igual, aunque no sea un loco, o una loca, no vale la pena intentar nada, ya que es demasiado lindo, o linda, como para que pueda llegar a interesarse en mí". Y si no -dada la circunstancia que aquí analizamos-, la excusa será seguramente el tiempo: "¿qué puedo hacer, si no tengo mucho tiempo? Pero como reza uno de los refranes populares mas ampliamente conocidos de la lengua española: "el que no arriesga, no gana", de modo que habrá que dejar de lado los "pero" y pasar a la acción, para lo cual recomendamos tener en cuenta los siguientes consejos, que permitan abordar una estrategia de seducción rápida efectiva. En primera instancia, nunca está de más señalar que, cuando el tiempo aprieta, las palabras sobran y, en este sentido, se hará necesario apelar a formas del lenguaje más directas y eficientes, siendo que no se cuenta con el tiempo necesario para abordar al prójimo desde la perspectiva del discurso.

Visto y considerando lo anterior, no cabe ninguna duda de que -por lo menos en primera instancia- la herramienta de seducción rápida por excelencia es la mirada, ya que con ella se puede lograr comunicar, de manera certera y directa, un mensaje claro que, a la par, permita saber qué es lo que siente ese otro, objeto de nuestro deseo y atención. En este sentido, es recomendable tratar de establecer un contacto visual sostenido. Si la otra persona lo rehúsa, ¡a no desanimarse!, ya que esta primera negativa puede deberse a mecanismos de defensa, nerviosismos o, simplemente, una desconfianza inicial. Así, atiende este consejo y sostén la mirada, tratando de encontrar la de el o ella. Esto no quiere decir, por supuesto, que haya que incurrir en una alevosía de la mirada (porque eso sí podría dar motivos para un fundada desconfianza). Por lo que a esto respecta, de hecho, siempre es fundamental recordar que la discreción es un elemento fundamental de cualquier tipo de seducción, ya sea esta rápida, lenta, en el colectivo o en la oficina. No se trata, siguiendo la línea de nuestro caso, de que todo el colectivo, o todo el banco o, en fin, todos los presentes, se enteren de que estás mirando a tal hombre o mujer. Por mucho que estés en un ambiente saturado de personas, intenta propiciar un encuentro de las miradas lo más íntimo posible, ya que esa será -acaso- la única puerta de entrada que exista en una circunstancia en la que el tiempo apremia.

 
 
 

¿Qué debemos decir?

Después, dependiendo de cuál haya sido el resultado del juego de las miradas, deberás, o no, acercarte para propiciar algún pequeño dialogo y, ¡lo más importante de todo!, conseguir la información necesaria para poder profundizar el juego de seducción (contacto en las redes sociales, número de teléfono y, también, aunque no tan bueno como los anteriores, el correo electrónico).seduccion rapida con un simple beso Y ha llego, entonces, el momento de la sinceridad. En este sentido, si el juego de las miradas ha ido mal, lo que es decir: la otra persona no correspondió a tu intención de mirarlo, o mirarla, directamente a los ojos, es el momento de reconocer que ya no hay nada que hacer. Porque sin ese primer contacto visual todo futuro avance, por muy amistoso que sea en su intención, será sentido como avasallante.

Pero si, por el contrario, el juego de las miradas ha ido bien, y lo ojos de ella, o de el, se han encontrado con los tuyos de manera sostenida, intima y amigable, entonces sí –y presta mucha atención a esto que te decimos-, ya no lo dudes y acércate a hablar (ten en cuenta que la gran mayoría de las seducciones rápidas terminan fracasando porque quien seduce no se anima a dar el paso final). En este sentido, te aconsejamos que, si eres mujer, te acerques de manera mas bien indirecta, haciendo alguna pregunta cualquiera mientras que, a la par, miras a tu hombre directamente a los ojos, dándole a entender que te gustaría conocerlo un poco mejor. En el caso de los hombres, el momento de hablar debe ser portador de un mensaje más directo. Una buena forma de aproximarse es, también, haciendo alguna pregunta pero que, en este caso, deberá estar seguida de alguna propuesta concreta, en la que se solicite la información necesaria para darle continuidad a la relación que –aunque te cueste creerlo- acaba de comenzar.