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Trucos seducción

 

La seducción es un juego en el que siempre hay algo que ganar. Más aún, la seducción es un juego en el que el deseo va contra la necesidad. Quien piensa en trucos de seducción partiendo desde la base de la necesidad, está jugando contra sí mismo. Quien arma su estrategia de seducción sobre la base del deseo, está jugando a favor de sí mismo.

excelentes trucos de seduccionSi de trucos se trata (entendiendo por trucos algo así como "formas" efectivas para conseguir lo que se quiere) lo primero será, entonces, no darle crédito a los pensamientos que digan: "necesito seducir a alguien" o, también, "como necesito estar con alguien" y, en fin, todas aquellas proposiciones que partan de la palabra "necesito". Por el contrario -y ya que de trucos estamos hablando-, por lo que a la seducción respecta el verdadero mago se llama "deseo". Así, se apreciará que -a diferencia de lo que ocurría con la necesidad- el deseo, mucho antes de llegar a manifestarse como pensamiento, se manifiesta como acción. De esta forma, no se trata de llegar a pensar: "Deseo seducir a alguien" o, "deseo estar con alguien". ¡De ninguna manera!, siendo que, por el contrario, se trata de ir y "hacer" lo que se desea.

Recapitulando, entonces, he aquí los dos trucos de seducción fundamentales, de los cuales se desprenden todos los demás: No necesites, desea -primero-, y no pienses, ve y haz –segundo. Habiendo despejado los rudimentos esenciales -puestos de manifiesto en lo antedicho- cabe ahora señalar la segunda estructura sobre la que montar una estrategia de seducción eficiente. Hablamos, así, de aprender cuándo es oportuno sostener la mirada y cuando, por el contrario, es oportuno "mirar para otro lado". En este sentido, el juego de las miradas es -sin lugar a dudas- el componente dinámico por excelencia. Por lo que a recomendaciones concretas respecta, ten siempre presente que la idea es lograr generar, y mantener, la tensión. Para esto, en primera instancia, es aconsejable un primer contacto visual, intenso, claro, pero corto, con la persona objeto de tu interés. Se trata, así, de poner la "pelota en juego" y ver cómo responde tu contraparte.

 
 
 

Técnicas para triunfar

A continuación, se recomienda un periodo de distracción que, si bien no debe ser demasiado prolongado, permita el asentamiento de lo ocurrido en el primer contacto visual. Por periodo de distracción nos referimos a un "olvidar" a la persona que te interesa para dedicarte a hacer cualquier otra cosa que… te interesa. Así, por ejemplo, si estas en una fiesta o en un evento social, puedes dedicarte a hablar con tus amigos/amigas, bailar, escuchar lo que dicen otros, y si -por el contrario- estás en la oficina o en el aula, pues bien, sigue con tu trabajo o estudio. Sea como fuere, nunca dejes pasar la oportunidad de concretar -antes de que se acabe el encuentro- un tercer contacto visual, directo y más sostenido que el primero. Esta será la oportunidad de "susurrar con los ojos", en una forma de saludo íntimo y profundo.

trucos de seduccion para parejasPor lo demás, este tercer cruce de miradas permitirá evaluar los pasos a seguir. Lo que sí, vale destacar que, mientras tiene lugar el juego de miradas, es recomendable tratar de evitar las palabras y dejar que el silencio haga lo suyo. Así, por mucho que en el primer contacto visual te sientas lleno de confianza, no te precipites a una conversación. Recuerda el "corte" enfatizado en el segundo punto (distraerse) para luego sí -después del tercer paso (contacto visual más sostenido)-, pasar a las palabras. Y de esta forma llegamos por fin -en nuestro análisis de trucos para la seducción efectiva- a la parte en que las palabras entran en juego. ¡Y mucha atención, porque decir "las palabras" no hace referencia solamente a habar sino, también, a escuchar!

En ese sentido, si en el último paso del "juego de la miradas" pudo apreciarse una correspondencia íntima, que permita confiar en un interés reciproco, cabe señalar la importancia de abrir el dialogo con preguntas -mucho antes que con afirmaciones- y, por lo demás, disponerse a "prestar el oído" para escuchar las respuestas. Así, cuanto más dispuesto a contar este el "otro" objeto de nuestro interés, más efectiva podremos considerar que ha sido nuestra estrategia de seducción. Si, por el contrario, el tercer paso del "juego de la miradas" no nos ha dejado una sensación de confianza, pues entonces sí, ha llegado la hora de ir la carga con el propio discurso, permitiendo que el "otro" nos conozca por nuestra forma de decir lo que pensamos. No se trata, por supuesto, de saturar la charla con palabras innecesarias. De hecho, por el contrario, se empieza a hablar para después llegar a tener la posibilidad de hacer preguntas. Porque, a la postre, no cabe ninguna duda de que en los juegos de seducción son los ojos, primero, y los oídos, después, los que corren con la mayor parte de la función. ¿Y la boca?... La boca no sirve solo para hablar.