Que nos digan cosas lindas, en especial a las mujeres, es algo que siempre valoramos y puede cambiarnos el humor, pero los piropos no siempre son dulces o halagadores. El piropo, como lo conocemos, tiene una única finalidad: halagar a la mujer u hombre a quien va dirigido y es por esto que debemos pensarlo con cuidado si es que nos vamos a convertir en piropeadores.

¿Cómo creamos un piropo?, la verdad es que no debemos ser muy inteligentes para hacerlo pero sí debemos utilizar nuestro sentido común, es decir, un piropo debe ser halagador y no grosero o fuera de lugar. Para ello podemos enfocarnos en la apariencia física y no hablamos de lo que es «lindo» o «feo» sino en algo más abstracto. Podemos elogiar labios, cabello, su caminar, sus ojos, etc; por supuesto evitamos siempre caer en la vulgaridad. Los piropos bien intencionados siempre son bienvenidos.