Muchas son las personas que confunden el término “enamoramiento” con “obsesión”, debemos remarcar que ninguno de estos términos se relaciona, pero afirmamos que un enamoramiento enfermizo, puede terminar en obsesión.
Enamoramiento: sudor, nerviosismo, las mariposas en el estómago, ese nudo en la garganta cada vez que lo/la vemos, son algunos de los síntomas del enamoramiento.
Obsesión: dependencia absoluta, miedo constante a perder a nuestro ser querido, celos descontrolados y hasta niveles de violencia es lo que describe un comportamiento patológico en el ser humano.
Hablamos de obsesión cuando tenemos la fuerte necesidad de no estar solos, muchos confunden estos con la “adicción al amor”, pero no existe tal cosa. Cuando un individuo se obsesiona, la relación se convierte en un vínculo depresivo y tormentoso, es insano. Aunque parezca extraño, quienes sufren esta patología, desconocen lo que les acontece o lo niegan, y por ello su tratamiento es difícil de afrontar. En conclusión, la obsesión en la pareja se produce cuando el otro ocupa el lugar más relevante y no existe nada más que él o ella, ninguna otra prioridad.
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