Por más que no nos guste aceptarlo, las mujeres tendemos a competir con otras mujeres, nadie sabe bien el por qué de este comportamiento, solo sabemos que existe. Competir no es malo, pero cuando lo hacemos desmedidamente, esto resulta contraproducente y dañino; nosotros te decimos por qué debes dejar de ser tan competitiva.

Estar pendiente de lo que hace el otro, o en este caso «la otra», resulta muy estresante, y no importa si ya estás acostumbrada a hacerlo, a fin de cuentas, estas situaciones se sentirán y repercutirán en nuestro físico y organismo. Generalmente discutimos y competimos por tonterías: quién tiene el anillo de compromiso más caro, quién es la más bronceada, quién tiene más amigas, etc. El desgaste que producen de estas situaciones tontas, nos lleva a tener un alto nivel de estrés y cansancio. Como consejo, evita todo tipo de competencia que no sea necesaria, y cuida tu salud.