El amor es un concepto hermoso, pero para que sus beneficios perduren por mucho tiempo, se debe trabajar constantemente en la pareja. Lo cierto es que cuando el amor se acaba, sentimos una sensación de vacío muy grande y, los más sensibles, pueden llegar a quedar inmersos en una terrible depresión. Esto sucede porque se vive la ruptura de la pareja como un “fracaso personal” y esto no tiene por qué ser así. El ser humano debe entender que las relaciones cumplen un ciclo, allí es donde se aplica el tan famoso dicho “nada es para siempre”.

No tiene sentido mantener agonizando algo que ya no se encuentra vivo, ya sea por hijos, años pasados o egos personales. Además esto no es sano para ninguna de las dos partes; debemos hacer nuestro duelo interno, rodearnos de personas que puedan contenernos, tomarnos un tiempo para reflexionar y convivir con nuestra soledad.
Esta es la forma más sana de afrontar lo que pasó y lo que vendrá. Una ruptura puede significar una nueva oportunidad de felicidad, una posibilidad de emprender un nuevo camino, de encontrar un nuevo amor.