Hay muchas relaciones que sin llegar a ser malas pueden causar estrés, y esto tiene más que ver con nuestro comportamiento individual. Por ejemplo, cuando algo te moleste o estés pasando un mal momento personal, familiar, laboral, es importante que compartas tus sentimientos con tu pareja, del mismo que es importante mantenerse abierto para escuchar y apoyar a la otra parte. Esto se debe a que muchas veces puedes estar de mal humor, y el no decirle a tu pareja que es lo que te molesta, puede derivar en reacciones o contestaciones de mal modo que produzcan una discusión innecesaria.

Uno de los temas más comunes por los cuales se dan las relaciones estresantes es el dinero. Claramente este tema debería pasar a un segundo plano, pero lo cierto es que rara vez sucede. En estos casos, al igual que en el anterior, la comunicación es elemental para poder organizarse y no estresarse en vano. Recuerda que en una pareja, ambos son parte de la misma historia y por ello deben ayudarse mutualmente, en todos los problemas, así como también mantener una postura abierta y comprensiva.